El arriero de José Alfredo

"También me dijo un arriero, que no hay que llegar primero, sino hay que saber llegar". Frase lapidaria que pesa tal vez, en el ideario popular. Recordando otra vez, a Santiago Ramírez, reflexiono que muy posiblemente, esa frase, sea la responsable de la mediocridad en el desempeño de muchos atletas. No quieren llegar primero, simplemente llegar. Claro, se habla de persistencia, pero, igualmente en una maratón, se resiste, pero también se debe llegar primero. Maldito arriero conformista, y persistente, hay que buscarlo y preguntarle: "¿qué el que llegó primero, precisamente para llegar antes que todos, no tuvo que saber llegar?"

Existen dolores tan profundos, que deben escapar a esta frívola banalidad 2.0.

Respiro

El facebook con su borrosa intensión de hacerme sentir acompañado, me ha dado más la sensación de soledad. Estoy junto a los definidos como contactos, personas que he ido agregando con el tiempo con mayor o menor estima. Los he elegido para contemplar lo que he querido publicar, y a veces, compartir. Para no ser injustos, sí existen personas con las que he interactuado y me han subsanado esa sensación de abandono.

He querido dialogar, mostrar, encontrar similitudes (repito sí las he encontrado); pero, siento que opera lo fortuito, lo obligatorio, lo no buscado.  Queda expuesta la no respuesta.

En este blog al que retorno, al menos me leerán los que quieran, y los que lleguen por casualidad. ¡Salud!